“Padre, mi señor, todo ha sido preparado para empezar el sacrificio, los sacerdotes han desvestido a la muchacha y untado en los aceites” dijo Nictimo levantando la daga ceremonial “Le esperan.”
Licaón tomo con delicadeza el afilado cuchillo, no sin antes arreglarse el chitón y colocarse las sandalias. Tomo a su hijo del hombro, y ambos se dirigieron con tranquilidad hacia el templo, un nuevo visitante habia llegado a Licosura, y seria esta la ofrenda a Zeus.
Bajo la imponente efigie del dios, un altar se elevaba, el templo se habia erigido de tal forma que solo la luz que conseguia entrar en el templo, iluminaba el gran altar. La mujer parecia inconsciente, quiza drogada por los sacerdotes. Un velo la cubria, dandole un aspecto casi divino. Licaón entró en el templo, a su derecha, su hijo caminaba junto a el abrazado por su padre, y en su otra mano, elevada sobre su cabeza, la daga ceremonial.
Con unisona voz, los presentes que se habian colocado alrededor del altar, donde ahora, Licaón se mantenia erguido con los ojos entrecerrados ante la estatua de Zeus; empezaron la oracion para la ofrenda.
* * *
El fino hilo fue cortado, segado por la mano ejecutora de aquellas tres ancianas desde lo mas profundo de su cueva, el fin de otra vida, el envio de su alma al inframundo donde Caronte se encargaria de cruzarles al otro lado.
Zeus irrumpió en la sala, habia sido llamado por las moiras, algo estaba pasando en Arcadia, muchos eran los sacrificios que llegaban a el, pero de los sacrificados, ninguno habia nacido en la tierra que morian, Zeus intrigado decidió ir a verlo por si mismo, ver porque aquel rey de Arcadia asesinaba a los forasteros.
Licaón encontró a un vagabundo, como todo visitante, decidió prepararlo para un nuevo sacrificio a su amado Zeus, sin embargo, los rumores entre sus lacayos se extendieron y llegaron a sus oidos, aquel vagabundo, era el mismo Zeus, que habia venido a verle. Licaón decidio invitarle a un gran banquete en lugar de asesinar al vagabundo, sin embargo, no pudo evitar gastarle una broma al gran Dios, y ordeno cocinar, entre la carne de cordero, a su propio hijo Nictimo, y que se lo sirvieran a Zeus. Al enterarse, el Dios entro en colera, y condeno a Licaón a convertirse en lobo, y a que todos sus descendientes serían también hombres lobo. Luego Zeus abandono Arcadia, incendiando el gran palacio del osado rey lobo.
* * *
La sangre de la licantropia de Licaón se extendio por occidente, llegando a Europa, donde todos siendo descendientes de aquel rey arcadio crearon sus familias. Quiza por deseo del encorelizado dios, los descendientes nacian convirtiendose en bestias bajo la luz de la luna llena, cuando aquella bañaba con sus rayos a los desdichados humanos. Otros sin embargo, pudieron controlar su transformacion, y convertirse a su antojo en animales.
Se dice, que estos que lo hacian a su antojo, fueron los inocentes nacidos de los pecadores castigados, y que adentrandose en los bosques, obtuvieron el perdon de Artemisa de este modo. No recibirian la cura directamente, pues Artemisa era temerosa, y no queria interferir en el castigo de Zeus.
Como agradecimiento a la accion de Artemisa, estos que se hicieron llamar Teriantropos, crearon un fuerte vinculo con la naturaleza y Artemisa, viviendo como seres salvajes y libres en sus bosques.
domingo, 16 de mayo de 2010
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