domingo, 16 de mayo de 2010

Capitulo 5, Redención

Las campanas doblaron quince veces, una por cada alma caida en manos del mismo demonio. Bajo la intensa lluvia matutina, los feligreses entraron uno por uno cabizbajos en la iglesia. Los bancos estaban repletos, todos habian acudido para dar un ultimo adios a aquellas pobres victimas, y rezar por sus almas para que llegasen hasta el paraiso junto al Señor.

“El demonio esta entre nosotros! Rezad para que Dios perdones vuestros pecados, pues el demonio se aprovechara de ellos, vuestras debilidades, son delicias para el señor del mal” Gritaba el sacerdote mirandolos imponentemente, infundiendo la culpabilidad en los corazones de cada uno de los que estaban alli. “Son vuestros pecados los que lo han traido, y por vuestros pecados, estos quince hijos de nuestro Señor creador nos han abandonado, han caido en las garras del oscuro, y si no rezais, seran olvidados por nuestro Señor, pues el demonio sabe bien como esconder nuestras almas de su omnipresente mirada.”

Ajenos a la batalla que los demonios libraban contra los desdichados, los aldeanos siguieron sus vidas temerosos de ser la proxima victima seducida por el diablo. Los rosarios colgaban de las manos de cada humano, aferrandose a ellos como si de una herramienta protectora de todo mal se tratase. Al caer el sol, todos encerrados en sus casas rezaban por salvar su alma, el miedo se extendia por el pueblo, y mas aun cuando su señor feudal, Lord Rosenoir habia muerto tambien.

* * *

El pregonero elevo su voz sobre el gentio del mercado.

“Nuestra santa sede, conocedora de que el demonio se ha instalado en el lugar, nos envia ayuda, nos envia siervos del señor que lucharan bajo su nombre, pues el acero divino de Dios caera sobre el demonio y sus seguidores, agradeced cada dia que desperteis, el pan que tendreis ante vosotros, y la ayuda que nos ofrece la santa madre Iglesia, pues no nos ha abandonado.

Asi pues en los proximos dias, se hace saber que el santo ejercito llegara aquí, cualquier devoto ciudadano e hijo del señor podra unirse a las filas de su ejercito redentor, que amparados por su luz lucharan y limpiaran estas tierras. Todo aquel que desee proteger y predicar la palabra de Dios con su acero, debera acudir a la iglesia y comunicarselo al padre Jeremy”

Cazadores de demonios, paladines en nombre de Dios, todos ellos se establecieron en aquel lugar donde el demonio habia decidido establecerse, y librarian una santa guerra contra el mal. Ningun pagano quedaria vivo, pues debian ser exterminados para que la paz del Señor reinase al fin en aquel lugar.

Los humanos habian interferido ahora en la ancestral batalla de los que habian estado ajenos durante años, no permitirian que las bestias paganas entraran en sus vidas, y las segaran a su antojo.

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